Los años 70 fueron los de la marihuana. Para
cuando la Guajira dejó de ser el
principal exportador y comenzó el proceso de la erradicación con glifosfato.
Aunque tampoco se conformó una verdadera mafia que desestabilizara el estado,
si se empezó a ejercer la corrupción. Aunque no salió del colombiano
La segunda etapa se dio en los 80 cuando llegó la
fiebre de la cocaína. Un negocio que producía más ganancias en relación con su
volumen. Se dio inicio a la producción y el procesamiento de la hoja de coca, y
se comenzó a enviar a Estados Unidos utilizando rutas de redes de marihuana y
de contrabando. En Antioquia refinaban la pasta básica, por eso cuando llegó la
decadencia de la marihuana, ellos ya iban un paso adelante y se empezó a crear
el cartel de Medellín, con la figura central de Pablo escobar y
lugartenientes como Lehder, también con Gonzalo Rodríguez
Gacha (“el Mexicano”). En este entonces nadie pensaba que pudieran llegar a
organizarse tanto. Lo mismo que pasaba con la guerrilla de revolver y palo, sin
rockets, ni cilindros de gas como ahora.
Las verdaderas mafias se consolidaron rápidamente
con ayuda de la enorme inmigración de colombianos a los Estados Unidos,
sin esta no hubiese sobrevivido ninguna mafia del mundo. Acá se empieza a notar
el empuje y el ingenio paisa que permitió a Medellín apropiarse del negocio.
La tercera etapa se basó en el negocio de la
amapola. Quienes trajeron este problema fueron los Afganos y los paquistaníes.
Ellos entraban con visa de turismo vía Perú, Ecuador o Bolivia, ya estando aquí
daban las instrucciones para la siembra. La cónsul colombiana en Ecuador
contó que unos afganos y paquistaníes habían pedido visa para entrar al país, y
fueron estos los que le enseñaron al cartel de Cali, especialmente a
José Santacruz, a sembrar amapola. Al parecer fue el mismo Santacruz quien trajo a
los afganos y paquistaníes para impulsar la heroína en Colombia.
Con esta se cumplen las tres etapas de la mafia
del narcotráfico en Colombia. Tal vez puede que
aparezca otra mata que produzca algún narcótico y seguro que acá la tendremos,
y así se escribiría en la historia una cuarta etapa que describa como sigue
evolucionando la mafia Colombiana.
Este hecho, el desarrollo del narcotráfico hasta
crear mafias, se ha dado en otros países por que no reaccionan, talvez por la
hipnosis que les producen los dólares fáciles; pero cuando empiezan a ver
muertos en la calle quiere decir que ya se creó la mafia del narcotráfico
y es poco lo que se puede hacer. Esto pasó en países laxos, que consideraron
que por ser un fenómeno nuevo había que aprovechar las bonanzas, sin darse
cuenta que esto atrae sangre. Por lo menos Perú y Bolivia se convirtieron en
los países aliados de los carteles colombianos, de hecho cuando se empezó a
procesar la base de coca se hizo con hojas traídas de allá; esto les ocasiono
problemas graves, por ejemplo los más importantes mafiosos peruanos
corrompieron oficiales en su país; al final fueron capturados en Colombia.
Los prototipos de la mafia Colombiana fueron Pablo
Escobar, un hombre de clase baja que empezó su actividad robando autos. La
gente sabía que era un asesino pero veía en él, el prototipo de un ascenso
social, de alguien que era capaz de desafiar los poderes de las clases ricas. Y
por supuesto él era generoso con su pueblo, le regalaba el carrito, la casa, el
estadio... pero sobretodo la gente lo quería porque en él reconocían sus
orígenes humildes. Pablo Escobar Gaviria era una persona muy sagaz. Con una
mentalidad de revanchismo social. Para él la plata, viniera de donde viniera,
era la forma de ganar estatus, por eso cuando en la revista Forbes salió
como uno de los más ricos, pero que había personas que tenían mas que él, su orgullo
luchó por tener cada vez más. Tuvo la fortuna de morir rico pero dejando una
gran estela de muertes y de odios. Mezclo la delincuencia con las obras
sociales al igual que muchos otros capos, con esto ganaba protección por parte
de la comunidad; hizo 2000 casas, un hospital y varios estadios, compro un
equipo de fútbol y regalo plata a la gente; compro la margen derecha del río
Magdalena, apoderándose de la mejor tierra de Colombia; era dueño de la finca “hacienda
Nápoles” donde coleccionaba jirafas, hipopótamos y elefantes. Para 1980 ya
era uno de los hombres más adinerados. Llego a ser representante suplente de la
cámara, la constitución de 1991 sufrió enmiendas virtualmente dictadas por él;
se opuso radicalmente a la extradición (antes una tumba colombiana que una
cárcel en los Estados Unidos). Si había que matar a alguien lo hacía;
coloco bombas en Bogotá; pagaba 2000 ó 3000 dólares por policía según el rango;
secuestró a Andrés Pastrana; y como uno de sus tantos actos de violencia
torturo a un joven policía de una manera inhumana. Se dice que por eso el día
en que le metieron bala al ser agarrado en un techo de Medellín (diciembre de
1993), pertenecientes a la policía y demás, sintieron gran tranquilidad. Su
estilo era el de combinar el terror con un modelo de reinserción social,
semejante al de Robin Hood: haciendo daño pero repartiendo entre los pobres, lo
que lo convirtió en un mito. Fue lo suficientemente poderoso, negoció su
entrega, incluyendo la construcción de la cárcel de Envigado y luego se fugó
por la puerta principal. El estado colombiano le hizo concesiones, como la
imposición de penas leves y la no extradición.
Gonzalo Rodríguez Gacha, era el campesino
pobre que se inició como matarife. Al igual que Escobar, él tenía el respaldo
de su pueblo. Perteneció al cartel de Medellín; manejaba la zona central del
país, su aporte a la organización fue el más terrible: era el jefe militar y la
cabeza de la mayoría de los atentados terroristas del cartel contra el estado.
Era apodado “el Mexicano”. Fue el típico campesino nuevo rico, antiguo matarife
y por eso uso su fortuna para comprar tierras. Más que la coca a él le gustaba
era la tierra y por eso compro un montón de fincas, buen ganado y buenos
caballos. Por problemas con la guerrilla financio la creación de grupos
paramilitares que eran como el “sicarito” del campo. Murió en 1988 pero poco
antes se supo que una oficina en Bogotá le manejaba 77 empresas
agroindustriales, ganaderas, constructoras y de inversiones en equipos de
fútbol. Gacha compró la margen izquierda del río Magdalena. Su característica
principal fue la violencia y el temor que infundía en sus colaboradores, su
estilo era el de usar la fuerza bruta, por eso a la mafia Colombiana y en
particular a la de Medellín nadie la engañaba. Para todo narcotraficante su
familia y seres queridos estan primero, se dice que su captura se produjo
cuando le fueron rastreadas las llamadas que hizo para liberar a su hijo. Tuvo
una muerte violenta y de las más recordadas. Aunque al igual que de Escobar, de
él se dice que aun sigue vivo.
Carlos Lehder Rivas, oriundo de Quindío;
Vivió con la guerrilla cuando era perseguido por el grupo de antinarcóticos de
la policía nacional; tuvo un periódico propio llamado Quindío Libre de
donde él era editor y un partido político en el Quindío con el nombre de
“Movimiento Cívico-Latino Nacional”. Les regalaba patines modernos a las niñas
de Armenia y otros pueblos del Quindío. En el terremoto de Popayán viajó con
sus lugartenientes para regalar dólares y mercados, al igual que la mayoría de
los mafiosos buscó siempre favorecer a su pueblo, el cual los apoya, protege y
les es leal. La mayoría de los narcotraficantes de los 80 y 90 eran excéntricos
y derrochadores del lujo en sus viviendas, vehículos y fincas. Lehder no se
quedaba atrás construyendo lugares para llevar a sus niñas; para eso edificó en
las afueras de Armenia un complejo residencial de lujo con todo y pesebreras,
la bautizó “La Posada Alemana”. Tenia un busto de Lennon y la discografía
completa de los Beatles. Su padre era alemán y murió avergonzado por la
conducta de su hijo. Lehder era lugarteniente del cartel de Medellín y manejaba
el Quindío y los Santanderes; era el enlace clave para los envíos de coca desde
Bahamas, mas específicamente desde el Cayo Norman, un archipiélago de las
Bahamas utilizado como refugio turístico pero que jugaba en realidad un papel
determinante como catapulta de la droga hacia las costas de Florida, de este
cayo figuraba como propietario Lehder. Cuando cerro campaña, en la época del
Movimiento Latino Nacional, hizo una manifestación en la plaza de Bolívar de
Armenia y la llenó, según dicen, porque rifaría una casa entre los asistentes y
porque daba una caja de arroz chino a cada persona que viniera. Después de su
desaparición un hombre fue a decirle a la policía que como podría hacer para
cobrarle a Lehder una cuenta de diez mil arroces chinos. Hay cartas dirigidas a
Lehder en las que las madres ofrecían a sus hijas a cambio de que les dieran
una ayuda económica. Pregonaba que la exportación de la cocaína a EEUU era una
manera de luchar contra el imperialismo. Era dueño de la empresa Internacional
Durch Ressources, fundada en Hamburgo, pero con domicilio fiscal en las islas
Bahamas. Fue extraditado a Florida en 1987, donde iba a ser enjuiciado,
condenado y encarcelado en la prisión de Jacksonville, al parecer negocio con
las autoridades y no se sabe aun de su paradero.
Los hermanos Rodríguez Orejuela,
pertenecientes al Cartel de Cali. Querían pasar inadvertidos, a diferencia de
los paisas del Cartel de Medellín; preferían actuar con sutileza y manejarlo
todo con hilos invisibles que les permitieran penetrar a varios estamentos de
la sociedad, pero sin aspirar a suplantarlos. Sobre todo después del final
violento que tuvieron Escobar y Rodríguez Gacha. Pero ellos también mezclaron
revanchismo social con la ayuda a los necesitados. Abrieron farmacias La
Rebaja, por que consideraban que vendiendo droga barata podían ayudar al
pueblo. Producían los medicamentos, muchos con licencia norteamericana y de
otros países, y luego los distribuían a bajo precio. Eran más finos, más
inteligentes en su forma de actuar y eran jerárquicos en el cartel. Se crearon
el mito de invencibles e impenetrables, así no fuese verdad. Su estilo fue el
del abandono del terror buscando una forma de reinserción social a partir de la
industria y la creación de empleos. Drogas La Rebaja llegó a generar 7.000
empleos directos. No llegaron a tener voceros políticos propios pero si
“alquilados”, y fue cuando metieron lo que hoy se conoce como proceso 8.000.
Sus hijos estudiaron en Estados Unidos. Buscaron convencer a los colombianos de
que, en contraste con Pablo Escobar, ellos eran una especie de delincuentes
decentes, y por lo tanto asumir el costo de combatirlos no era fácil. Decían
que la policía en su lucha, convertiría a Cali en un nuevo Medellín, es decir
en un escenario de una nueva guerra narcoterrorista. Los Rodríguez impartieron
a sus familiares y empleados, instrucciones jurídicas muy precisas sobre los
requisitos legales para hacer un allanamiento. Otra de sus grandes cualidades
fue la de la contrainteligencia, en la cual usaron compañías de taxis.
Descubrieron que el taxista era una fuente de información natural con muy poco
riesgo de ser detectada; compraron taxis y los dieron a los conductores para
que los pagaran en cuotas de 60 meses sin intereses; además les ofrecían
talleres gratis; tenían beeper, radio de comunicaciones y celular, lo cual no
era muy difundido por esa época. En una oportunidad dos taxis se estrellaron
para evitar que el Bloque de Búsqueda los siguiera. Esta información fue dada a
la policía por una persona que había sido inyectada con un medicamento letal
dado por ellos por que lo consideraban traidor. Cuando Gilberto Rodríguez llego
a la cárcel, su esposa se demoró en llevarle como dos meses la cobija para la
alergia, por que el día de la captura estaba con su amante. En 1986 España
repatrió a Gilberto, preso en Madrid desde 1984.
José Santa Cruz Londoño, “don Chepe”
controlaba el cartel de Cali. Fue figura protagónica cuando el cartel impulsó
la presencia de la heroína colombiana en EEUU. Ayudaba a la sociedad
construyendo edificios. Le gustaban más los ladrillos que la coca, creo yo.
Construyo mas o menos unos mil apartamentos además de las excéntricas replicas
que hizo de la Casa Blanca o el Club Colombia en Cali, luego de que no lo
admitieran como socio.
En el fondo muchos narcos, tenian mucha
sensibilidad social, aunque no lo aparentaran cuando dañaban a otros con lo que
a ellos les favorecía.
Cada narcotraficante es diferente al otro, pero
casi todos coincidían en el gusto por las mujeres bonitas, sean reinas, modelos
o estudiantes en general. Para obtenerlas usan todos los intermediarios
imaginables. Con sus dólares compran la voluntad de cualquier persona. Por
ejemplo, en Guaymaral, Leonidas Vargas tenía en una de las habitaciones de su
casa una mesa que en un principio creyeron que era una mesa para partos, pero
después supieron que era un sillón francés para hacer posiciones sexuales. La
mujer juega un papel muy importante por que ella tiene un instinto más
desarrollado para saber que es bueno o que es malo. En la mafia todos aceptaban
tener varias mujeres, no hay celos, y si los hay deben aguantárselos porque
saben que cuando se entra a formar parte de la estructura de la mafia, ahí
cosas que se deben sacrificar, ya sea por la plata o por amor (aunque esto
ultimo no es muy común). La mujer que estuvo con un mafioso no se puede ir con
otro mafioso, esto es imperdonable. El amor materno también se acentúa en
ellos, en Medellín dicen: “Mamá hay una sola y santa. Papá puede ser cualquier
hijueputa”. Muchos hacían plata y morían, pero lo que les importaba era que su
mamá quedara bien. Aunque en cuestión de gustos no hay disgustos, para algunos
eran más que excéntricos los combinados y las pinturas que se veían en
apartamentos de asta 450 metros pertenecientes a narcos. Tenían a veces
obras originales de importantes artistas pero la decoración hecha al gusto de
ellos los delataba.
La diferencia entre el Cartel de Cali y el de
Medellín es que los cercanos a Escobar eran asesinos igual que él. Los de
Rodríguez Orejuela, en cambio, eran gente más instruida con un nivel de cultura
mas alto, pero de todas formas tenían las mismas pretensiones, pues no hay
narcotráfico sin sicarios. Aun así el Cartel de Cali actuó con más sutileza
mientras no encontró mayor resistencia, pero cuando empezó a ver que actuaban
en su contra, declaró la guerra, no con bombas, como el cartel de Medellín,
sino a su manera (desprestigiando, comprando, amenazando...).
Hernando Gómez Buendía, analista político, dijo “los colombianos tenemos un
dilema: estar a favor del imperio y la moral con la guerra contra la
exportación de drogas o situarnos del lado de la corrupción y la patria”Leonardo Sciascia dice: “la mafia es un capitalismo ilegal, mientras que el capitalismo es una mafia legal”
No hay comentarios:
Publicar un comentario